viernes, 19 de febrero de 2016

Capítulo segundo:


Pasaron dos años y las dos chicas se hicieron muy buenas amigas. Con el tiempo adquirieron una rutina tan compleja que era imposible olvidarse de ella, y además era tan perfecta que siempre impedía que los percances sucedieran; claro, si alguna de las dos olvidaba un pequeño y minúsculo detalle de la rutina—lo cual no pasaba muy a menudo—podían ocurrir percances y complicaciones, pero eso casi no sucedía. Cada día, las chicas, daban lo mejor de sí para poder llegar a alcanzar sus metas, cada una.

Cuando se conocieron, ambas notaron la coincidencia de que ambas estaban inscritas en la misma universidad. Olivia ya llevaba un semestre y medio estudiando ahí cuando Ángela llegó a Los Ángeles, y ahora llevaba cinco semestres.

Lo cierto es que Ángela llegó en noviembre, pero las clases iniciaron en mayo, por lo que ella tuvo mucho tiempo para adaptarse al lugar, el domicilio, el vecindario y el trabajo.

Ángela no tenía dinero suficiente como para no trabajar. El dinero escasea en todos lados, pero en familias pobres como las de Olivia y Ángela el dinero escasea aún más que en las demás.

Ángela era nueva en el vecindario cuando llegó, y necesitó de toda la ayuda de Olivia para adaptarse a todo. Lo primero era conseguir un trabajo porque obviamente el dinero se acaba y no crece en los árboles.

Olivia la llevó el primer día a su lugar de trabajo. Es un bar/restaurante bastante popular en Commerce; ahí es donde viven Ángela y Olivia. Cuando Olivia fue a llevar a Ángela al trabajo todo el mundo creyó que sería una muy buena vecina. Ángela estudió en una de las mejores escuelas en Panamá, una muy prestigiosa. Ella tiene conocimiento en muchas áreas y en lenguas y eso es de gran importancia debido a la cantidad de inmigrantes y extranjeros que llegan a la zona.
Desde el principio todo parecía tener dos direcciones hacia donde marchar; todo el mundo es doble cara. El día primero que Ángela llegó al trabajo fue el día más importante de este episodio de su vida: es el día de usar rayos equis—si se tienen—para observar y analizar bien las actitudes de cada persona para saber si es persona de fiar y qué tanto se puede revelar sus secretos, desde los menos relevantes hasta los más oscuros e íntimos. Lamentablemente no todas las personas tienen rayos equis en los ojos, y a otros éstos no les funcionan.

Hay personas que son demasiado difíciles de descifrar, Pablo Córdoba es una de esas personas. Es un chico bastante guapo, de pelo rubio claro y cinco años mayor que Ángela. Para el verano de 2014, Pablo tenía 24 años, y Ángela, 19; 19 años y a pronto de cumplir 20 el día 23 de agosto.

El día que se conocieron él estaba picando vegetales, cosa que no le correspondía pues su verdadero lugar es en la barra, sirviendo tragos y preparando cócteles. Ángela solo estaba observando lo que todos los empleados hacían, solo para conocer cómo eran los husos. Sin embargo muchos—como suele pasar en estos tiempos—interpretaron la situación de la manera incorrecta; desgraciadamente para Ángela esta clase de pensamientos siempre la han rodeado y la rodearán siempre.
Cuando empezó a tomar clases en la universidad, sucedió la misma rutina que en el trabajo: era momento de observar cuidadosamente. Ángela quedó segura de exactamente en quiénes podía confiar desde ese momento: en Olivia y en ella misma. Además debía tener cuidado con los negros del sur de California y de la costa este. Eso fue a inicios de mayo de 2013.

Ángela conoció a los trabajadores del restaurante/bar a finales de noviembre de 2012, cuando en Panamá deberían estar celebrando la independencia de España. Estar lejos de casa es aún más difícil cuando se recuerdan las fiestas populares que se están celebrando, y aún peor cuando la situación es penosa, no hay dinero, recién se ha llegado y es difícil acostumbrarse a la nueva vida.

Para Ángela, Los Ángeles es una ciudad de progreso; así como Panamá significa progreso—pero lamentablemente eso no se transmite a todos los ciudadanos—. La situación no era propicia para el desarrollo de todos los graduados de 2012, por lo tanto Ángela quiso y tomó la decisión de ir al extranjero para encontrar una mejor oportunidad de perfeccionar sus estudios en una universidad de mayor prestigio que las de su país; además, una universidad donde los temas de importancia se traten con la seriedad requerida. Es una tristeza que a veces lo que se ve en las películas y series sea verdad y una realidad preocupante.

Lo cierto que es cada lugar tiene sus complicaciones y dificultades; el hecho de que uno salga de su país por dificultades de esa clase no quiere decir que a donde uno vaya las cosas serán mejores; siempre habrán dificultades.

Ángela empezó a trabajar a inicios de diciembre. Todavía no estudiaba, pero necesitaba trabajar para comenzar a ahorrar y tener un fondo para emergencias. Estaba de acuerdo en unir fuerzas económicas con Olivia, dos salarios son mejor que uno solo. De momento Ángela no tenía por qué pensar en chicos o en cualquier otra cosa que la descentralice de su objetivo principal que era concentrarse en sus estudios y tratar de sobrevivir y seguir adelante con su nueva vida.

De todas maneras el destino hace que las cosas se presenten como deben ser, de pendiendo de las situaciones que ya ha predestinado. Volviendo a Julio de 2014, en un día de mucho calor, de mediados de ese mes, ocurrió algo que nadie se esperaba. A partir de ese suceso muchos cambiaron de pensamiento, parecer y actitud. De hecho son estas situaciones que no nos esperamos son las que nos formar y nos adecúan para la vida que hemos de enfrentar. El cambio que Ángela enfrentó realmente la adecuó para su vida.

Todo comenzó con una propuesta del jefe de Ángela, el señor Rubio—un comerciante colombiano—, de duplicar la clientela abriendo un curso de español para todos aquellos extranjeros que no dominan bien la lengua. Ángela aceptó y desde entonces comenzó a trabajar en eso y a prepararse—se supone que ella sería la profesora—. El proyecto llegó a su cúspide a inicios de Julio, cuando colocaron el anuncio del curso de español en el centro del salón.

Muchas personas se preguntaban qué sería eso y a ellas les picaba mucho la curiosidad, pero ver el estado de la infraestructura del lugar hacía que tanto ir a comer ahí como ir a estudiar español así sea algo que atente contra la seguridad. Obviamente la solución para sus problemas económicos es otra; el problema es que de todas maneras necesitan dinero y eso es lo que no se tiene. El señor Rubio espera hacer algo más de dinero para mantener el negocio, ampliar su clientela, alcanzar prestigio y lograr darle una mejor paga a sus clientes; hasta ese momento todos tenían un salario por debajo del salario mínimo.

Ángela se encargaba de atender las mesas y de animar la fiesta por la noche. El horario de trabajo era de 4 p.m. a 11 p.m. Era un horario muy agotador tomando en cuenta que Ángela debía ir a la universidad y desempeñarse de lo mejor en ella durante el día.

El señor Rubio, a pesar de todos los problemas económicos que tiene su negocio, ha tratado de deshacerse de algunos de sus empleados, pero la situación es crítica para toda la comunidad hispánica; ellos viven otra realidad muy distinta a la que viven los norteamericanos nacidos ahí y de padres norteamericanos. Ellos tiene un buen salario y posibilidades para estudiar y dar prosperidad a su descendencia, mientras los hispanos tienen que ver cómo se llevan algo a la boca cada día por la mañana y por la tarde.

Sin embargo, por Gracia de Dios, Ángela y Olivia tenían qué comer todos los días y podían ir a una importante universidad en Los Ángeles. Pero en parte lo de su educación se debía a que ambas están becadas; sin embargo las becas son distintas: La beca de Ángela es otorgada por el IFARHU para estudiar en el extranjero; mientras que la beca de Olivia fue una que ella consiguió cuando llegó a Los Ángeles y que le paga un cheque de 800 dólares por semestre, por buenas calificaciones. A Ángela su beca le cubre TODO, hasta la documentación al día. Por eso ambas se deben preocupar mucho por obtener buenas calificaciones en la U.


Los estudios no son lo único de lo que se debe preocupara Ángela, pues ella tiene un cargo muy importante en su lugar de trabajo que es de traductora; porque hay muchas veces en que los clientes que frecuentan el lugar durante la tarde no saben hablar ni español ni inglés, por lo tanto alguien debe intermediar para poder atender debidamente al cliente. En general el español y el inglés son idiomas básicos en todo el mundo; además nadie se atrevería a llegar a Estados Unidos sin saber hablar inglés; excepto los inmigrantes, y ése es el problema. Pero generalmente todo el mundo sabe hablar español o inglés.


Pero también existe otro problema: no todos los empleados saben hablar inglés. Son un minoría lo que no saben hablar inglés, pero igualmente se convierten en una molestia y en un estorbo. A parte de todo esto, la razón por la que a Ángela le pagan más que al resto de los empleados es porque ella tiene una increíble voz y saben cantar en inglés, español, italiano y portugués. Tener a una persona tan talentosa como Ángela como empleada es una maravilla, y además sabe atraer clientes; lo cual parece que puede ayudar a levantar el negocio. Lo importante es que todos se ganan su salario honradamente; aunque esté por debajo del salario mínimo.

2 comentarios:

  1. Hola! Me está gustando la nove, me encanta escribes, leo la nove por el enlace que pusiste en la otra, y sobre eso, ¿que pasó? No sé si es mi celular el que falla o enserio eliminaste el blog. Me encantaba tu primera novela :(

    ResponderBorrar